Nota tomada de el artículo de Anastasia Tsioulcas para NPR Music
Ryuichi Sakamoto, compositor y productor pionero que fue uno de los primeros músicos en incorporar la producción electrónica a la canción popular, ha fallecido a los 71 años.
Sakamoto falleció el 28 de marzo tras varios años de lucha contra el cáncer, según un comunicado publicado el domingo en su página web. “Nos gustaría compartir una de las citas favoritas de Sakamoto”, decía el comunicado. “Ars longa, vita brevis’. El arte es largo, la vida es corta”.
El compositor japonés tuvo una carrera excepcionalmente amplia: fue por turnos un ídolo del synthpop, compositor tanto de arrolladoras partituras cinematográficas como de tranquilos y apacibles ambientes sonoros, y colaborador de artistas como David Bowie, Iggy Pop y Bernardo Bertolucci.
Como miembro del influyente grupo japonés Yellow Magic Orchestra y en su carrera solista, fue uno de los pioneros de la música pop electrónica, con canciones que influyeron en el hip-hop y el tecno en sus épocas iniciales.
Nacido el 17 de enero de 1952, Sakamoto disfrutó de una infancia rica en cultura; su padre era el editor de novelistas japoneses de la posguerra como Kenzaburo Oe y Yukio Mishima. Comenzó a tomar clases de piano a los 6 años, y más tarde empezó a componer su propia música. Cuando era adolescente, se enamoró de la obra de Claude Debussy, un compositor que se había inspirado en la estética musical asiática, incluida la japonesa.
Sakamoto declaró: “Creo que mi música se basa en un sistema muy occidental, porque hay un ritmo, una melodía y una armonía. Así que es música occidental. Pero ya sabes, algún sentimiento, alguna atmósfera o sentido del sonido es un poco asiático, quizá un 25, 30 por ciento.
Cuando Sakamoto llegó a la universidad para estudiar composición, su vida musical ya seguía múltiples caminos simultáneamente. En la escuela, absorbía obras embriagadoras de los gigantes del modernismo europeo de posguerra, como Stockhausen, Ligeti, Xenakis y Boulez. Pero también tocaba música folclórica de Okinawa y free jazz en su tiempo libre, y rastreaba las tiendas de discos en busca de Kraftwerk.
En 1978, se unió al multiinstrumentista Haruomi Hosono y al baterísta Yukihiro Takahashi para formar la banda Yellow Magic Orchestra (YMO). Sakamoto tocaba los teclados y los tres miembros cantaban.
YMO demostró ser una enorme fuerza cultural no sólo en Japón, sino a escala internacional. Con su uso juguetón, sofisticado y con muchas capas de electrónica, la banda -y los proyectos en solitario de sus miembros, incluido el tema de Sakamoto “Riot in Lagos”- se convirtió en una luz que guiaba a las florecientes comunidades del hip-hop y el tecno.
YMO actuó en Soul Train, interpretando su canción “Computer Games”. Afrika Bambaataa sampleó su “Firecracker” para su “Death Mix (Part 2)”. En 1993, un grupo de destacados músicos de ambient, house y techno rindieron homenaje a la influencia de YMO con un álbum titulado Hi-Tech/No Crime, que incluía remezclas de YMO de productores como The Orb, 808 State y Orbital.
En 1983, actuó junto a David Bowie en Feliz Navidad, Mr. Lawrence, dirigida por Nagisa Oshima. Sakamoto también compuso la banda sonora de la película, la primera que hizo. En su encuentro inicial con Oshima, Sakamoto declaró a The Guardian en 2000 que le pidió que escribiera la música de la película, lo que marcó el comienzo de una larga y notable carrera como compositor cinematográfico.
Sakamoto compuso bandas sonoras para películas como El último emperador (1987), de Bernardo Bertolucci, por la que ganó un Oscar, un Globo de Oro y un Grammy, junto con David Byrne y el compositor chino Cong Su, así como El cielo protector, de Bertolucci, en 1990, por la que también ganó un Globo de Oro. También escribió las partituras de Tacones altos, de Pedro Almodóvar, en 1991, y Babel, de Alejandro González Iñárritu, en 2006, y The Revenant, en 2015, entre otras.
A medida que la carrera de Sakamoto maduraba, crecía su interés por la exploración estética e intelectual. A lo largo de las décadas de 1980, 1990 y 2000, colaboró con un amplio abanico de músicos internacionales, como Thomas Dolby, Youssou N’Dour, Iggy Pop, Jaques Morelenbaum, Carsten Nicolai (alias Alva Noto) y un socio especialmente frecuente, el cantautor y compositor experimental David Sylvian. Sakamoto también se asoció con artistas visuales, como Nam June Paik y Shiro Takatani, colaborando con este último para la ópera multimedia LIFE, de 1999.
En 2017 -tres años después de una lucha públicamente reconocida contra el cáncer de garganta- Sakamoto lanzó un exuberante álbum ambiental llamado async; continuó haciendo música hasta el final.
En sus últimos años, Sakamoto se convirtió en una voz importante en la protesta contra la energía nuclear, especialmente a raíz del desastre nuclear de Daiichi en 2011 en la prefectura de Fukushima. Su activismo público es una parte fundamental del documental de 2017, Ryuichi Sakamoto: Coda, al igual que su batalla contra el cáncer.
“Sinceramente, no sé cuántos años me quedan -dice en una escena de Coda-. Podrían ser 20 años, 10 años, o una recaída los reduce a uno solo. No doy nada por sentado. Pero sé que quiero hacer más música. Música que no me avergüence dejar atrás: un trabajo significativo”.
Sakamoto anunció públicamente que le habían diagnosticado cáncer rectal en enero de 2021. En un mensaje publicado en su sitio web, escribió: “A partir de ahora, conviviré con el cáncer. Pero espero seguir haciendo música un poco más”.
UPDATE..
Ir al artículo Original: https://tinyurl.com/2p8nj2p6
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